Por su ubicación estratégica a solo 36 km de la Ciudad de Mérida, es la salida natural al mar para conectar a la Península de Yucatán con el resto del mundo. Con el auge del Henequén y ante la necesidad de exportar este producto se construyó una batería de 3 muelles de madera, que por un largo tiempo realizaban una eficiente labor en el movimiento portuario que abastecía a la península de todos los productos que llegaban por vía marítima.
Es el puerto de entrada a Yucatán, un sitio inmejorable para la práctica de los más variados deportes acuáticos: Tablavela, Windsurf y Kayak. Aquí se puede caminar por el malecón, disfrutar de la brisa y saborear la deliciosa comida regional en los muchos restaurantes que bordean el malecón del puerto. Hoy en día, es el punto de arribo de numerosos cruceros turísticos de todo el mundo, de los cuales desembarcan un sin número de pasajeros.
Progreso tiene playas seguras y tranquilas sin corrientes u olas grandes, palmeras, mariscos frescos, el boulevard al lado de la orilla del mar llamado “El Malecón” y los habitantes amigables mayas hacen de Progreso un maravilloso lugar para visitar.
Esta playa es la más concurrida de todo el estado, no sólo por el hecho de ser la más cercana a la ciudad de Mérida, sino porque cuenta con una extensa playa de aguas ligeras con fina y blanca arena. En los meses de verano se encontrará un bullicioso ambiente de fiesta, tras la tradicional afluencia de bañistas, pueden practicarse aquí diversos deportes acuáticos. Desde esta playa se tiene a la vista el muelle de Progreso y el largo viaducto que une a la terminal remota con el puerto.
En el muelle y directamente con los pescadores, se contratan servicios de navegación; también pueden contratarse en el cercano puerto de abrigo de Yucalpetén, donde se encuentran las especialidades marinas. En el muelle de pescadores, con cordel y anzuelo, se puede esperar tranquilamente a que caiga una buena presa mientras se contempla un apacible atardecer marino.
Durante la Semana Santa y en la temporada de verano, Progreso adquiere nueva vida; miles de meridenses aprovechan las vacaciones escolares y el maravillo clima para mudarse a la playa, nadar, comer, beber y bailar. Antes y después de esas fechas ocupadas, Progreso regresa a su otra personalidad, tranquila pero con suficientes actividades para gratificar la mayoría de visitantes, y las casas en Progreso son disponibles para rentar.
Las playas de Progreso son limpias y el agua con un bello verde esmeralda, con la excepción de los días de invierno cuando los vientos y las mareas de los frentes fríos agitan el mar, arrojando algas marinas a la orilla.
Es excelente para nadar con aguas poco profundas y sin corrientes cercanas a la playa. Muchos de los restaurantes en el malecón cuentan con mesas prácticamente a orillas del mar donde atienden a sus clientes.